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La promesa de resarcir “el tejido social roto” parece que no se cumplirá en el gobierno de Mariano al igual que la “caja de cristal” pero lo más trágico es que los índices del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), así como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalan que Tlaxcala no sólo no ha avanzado en el combate a la pobreza, sino que en el periodo de 2012 a 2014 se incrementó en un dos por ciento.
Esto quiere decir que para 2012 existía un 57 por ciento de tlaxcaltecas con pobreza, lo que quiere decir que había más de 650 mil habitantes bajo esta condición, mientras que para 2014, el porcentaje alcanzó al 59 por ciento de la población, lo que sería cerca de los 700 mil tlaxcaltecas, cifra equivalente al número de pobladores de había en Tlaxcala a mediados de los años 80.
La otra parte es que la pobreza medida como extrema tuvo una reducción, lo que indicaría que los programa sociales han sido un paliativo en el caso de la población con mayores rezagos pero que no ha habido políticas públicas que hayan cambiado la situación de pobreza generalizada que impera en un territorio que por ubicación geográfica no debiera padecer este tipo de índices que muestra un retroceso.
Estas condiciones se reflejan en diversas cifras, como las que señala que Tlaxcala tiene a los profesionistas peores pagados del país sólo por detrás de quienes habitan el estado de Guerrero, además de que en cuestión de pobreza queda solamente por debajo de estados que han tenido rezagos históricos como el caso de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla.
En la realidad seis de cada 10 tlaxcaltecas tienen algún tipo de pobreza pero las cifras sobre los ingresos para cubrir las necesidades básicas son aún menos alentadoras y refieren que tan sólo el 33 por ciento de los tlaxcaltecas no tienen “rezago en ingreso básico”, el otro 67 por ciento no cubren las necesidades más elementales.