• Política
  • Emilio Piedras S.M.
A seis años de distancia de la tragedia, los habitantes nada quieren saber de política y prefieren olvidar los hechos de mayo de 2010.

-        Los accidentados presentan secuelas del percance y aseguran nunca haber visto a la entonces candidata 

-        Los deudos de los fallecidos no hablan, no le ven caso, saben que su familiar ya no regresará

 

Para quienes habitan la Colonia Gustavo Díaz Ordaz, perteneciente al municipio de Emiliano Zapata, el inicio de la campaña política en Tlaxcala es recordar la tragedia que vivió el pueblo hace seis años.

El proceso sexenal para elegir candidatos les hace saber que existe la posibilidad de que su comunidad sea visitada por políticos en busca del voto, pero esto no los conmueve ni tantito, al contrario, es un tema del cual no prefieren hablar.

Pensar en actos proselitistas, para los pobladores de Díaz Ordaz, es rememorar el drama que vivieron cuatros familias de la localidad por la negligencia de un chofer que conducía el vehículo de la entonces candidata del PAN, Adriana Dávila.

Es evocar la muerte de dos de sus paisanos, Don Moy y don Pepe Ortega.

Es revivir el fatal accidente que dejó sin ambas piernas a Don Elías y que mantuvo hospitalizado por varios meses al joven Estanislao.

Sin embargo, a más de seis años, lo que realmente lastima a los pobladores de Gustavo Díaz Ordaz es el abandono y estar conscientes que en el momento se les brindó atención urgente para después dejarlos en el olvido.

Y a pesar de los casi 72 meses que han pasado tras la desventura, a los deudos de los fallecidos y a los familiares de los accidentados aún les lacera el amarillismo con que fueron tratados sus casos.

Lamentan el hecho de que hasta sus calles se hayan acercado los priistas del actual gobierno, para hacer de su desgracia una moneda de cambio con la cual poder descalificar a su rival.

Recuerdan que quienes los visitaron les prometieron justicia y actuar contra los responsables, sin embargo, hasta la fecha, no han visto cambio alguno en su vida.

Les duele, a unos, haber sepultado a sus muertos y, a otros, haber hospitalizado a sus familiares para después regresar a sus vidas diarias sin nunca más ser recordados.

Por todo esto es que ahora, a seis años, no quieren saber nada de política, pero especialmente nada del PAN ni de Adriana ni de ningún político o periodista que se acerque en busca de historias.

Los hechos del martes 25 de mayo de 2010

Los periódicos locales, y algunos nacionales relatan lo que sucedió en la Colonia Gustavo Díaz Ordaz, del serrano municipio que se ubica en el norte de Tlaxcala en aquel fatídico mes de mayo. La Jornada de Oriente en su edición del día 27 así lo redactó:

“Con el fallecimiento de José F. Ortega Márquez, de 83 años de edad, la mañana de este miércoles, son dos las personas que perdieron la vida luego de que una camioneta del equipo de campaña de la candidata al gobierno de la coalición Por el Progreso de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, atropelló a cuatro vecinos de la colonia Gustavo Díaz Ordaz, municipio de Emiliano Zapata, al término de un acto de proselitismo, mientras que las otras dos permanecen internadas en el Hospital Regional de Tzompantepec, una de ellas con diagnóstico médico reservado.

La noche del pasado martes, la camioneta que trasladaba a los reporteros que cubren la campaña de la candidata de la coalición Por el Progreso de Tlaxcala, arrolló a cuatro personas presumiblemente por una falla en el sistema de frenos en la colonia Gustavo Díaz Ordaz”

(…)

“La candidata relató que después de un recorrido en los municipios de Terrenate y Emiliano Zapata, al término de una reunión que sostuvo con alrededor de 150 vecinos de la comunidad de Díaz Ordaz, se dirigía a otro evento programado en el municipio de Lázaro Cárdenas, cuando se enteró del accidente.

En el lugar de los hechos perdió la vida Moisés Montiel Caballero, de 48 años de edad y resultaron lesionados José Florencio Ortega, de 83 años de edad –quien murió la mañana de este miércoles–; Elías Hernández Hernández, de 36 años y Estanislao Alvarado, de 13 años.

De acuerdo con el reporte médico que proporcionó la directora del Hospital Regional de Tzompantepec, Gabriela Moreno Carpinteyro, alrededor de las 10:30 horas de ayer falleció Florencio Ortega Márquez, de 83 años de edad, por edema cerebral.

En tanto, Elías Hernández Hernández, de 36 años de edad, que ingresó desde la noche del martes a terapia intensiva, presentó lesiones graves en ambas extremidades inferiores, por lo que fue necesario amputarle la pierna izquierda, su diagnóstico es reservado y trascurrirán tres días para ver la reacción del paciente.

A su vez, Estanislao Alvarado Herrera Hernández, de 13 años de edad, sufrió la fractura de tibia y peroné, pero está fuera de peligro y se pronostica que esté hospitalizado al menos una semana más para su recuperación”.

Seis años después…

La Colonia Díaz Ordaz, perteneciente al municipio de Emiliano Zapata, con sus poco más de 500 habitantes, enclavada entre los municipios serranos de Terrenate y Lázaro Cárdenas al norte del estado, nos recibe en los primeros días de su fría primavera, recordando que estamos a inicios de abril pero que en esas tierras lo mejor es estar abrigados.

Quizás por esto, sus habitantes trasladan este clima a su carácter, no son expresivos ni efusivos, son gélidos, también su pobreza se refleja al andar y les sorprende ver una persona cargando una cámara, una grabadora y papeles para escribir.

Saben que el visitante es ajeno a su tierra y su sorpresa se vuelve disgusto cuando se les pregunta sobre los hechos de hace seis años. Preguntan el nombre de quien esto escribe y el porqué del interés a tantos años de distancia. Basta que uno de los entrevistados pida que no haya nada de fotografías, que nada se grabe y que nada se escriba, para entender que es mejor guardar el equipo, seguimos con atención cada plática y hacemos votos por que no se olviden los detalles.

Ya sin los avíos que lo hacen a uno parecer ente raro, la conversación es más sincera, incluso morbosa, las mujeres recuerdan los hechos, ríen sin ocultar su tristeza de manera nerviosa y lamentan el desenlace que enlutó a la comunidad y dejó a dos personas lesionadas. Hablan sobre la atención inmediata que se les dio a todos los afectados y a los familiares y enfatizan sobre el olvido posterior de Adriana Dávila y de su equipo de campaña.

Para sentir vergüenza de la naturaleza humana, los vecinos dan detalles sobre las personas que buscamos, pero sobre todo, destacan el hecho de que después del percance el pueblo fue visitado por militantes contrarios a la candidata en busca de declaraciones que sirvieran para influir en los resultados finales de la elección, nunca de manera sincera y menos con el objetivo de ayudar.

La intención, recuerdan, era acrecentar todavía más los hechos, ya de por sí lamentables, y exhibir a la candidata de la alianza PAN-PANAL-PAC.

Son los mismos vecinos quienes aseguran desconocer cómo y cuál es la relación actual de Adriana Dávila con los sobrevivientes del accidente y con los herederos de Don Moisés Montiel y de Don José Ortega.

No aseguran nada, pero afirman que Dávila Fernández, la candidata que hoy busca nuevamente la gubernatura del estado, jamás regresó a la comunidad a buscar a los lesionados y menos aún a los familiares de los muertos que provocó la supuesta falla mecánica de una camioneta que transportaba a la prensa que cubría los actos de campaña de quien encabezaba la alianza denominada “Por el progreso de Tlaxcala”.

Don Elías Hernández, dicen que está en la Ciudad de México

Don Elías después del accidente perdió sus piernas. En aquel 2010 buscaba la presidencia de su comunidad y sin hacer acto de presencia en el evento proselitista fue alcanzado calles abajo por el vehículo que era conducido por Roberto Mendieta.

Buscamos a Don Elías en su casa, un vecino nos dice que salió, pero nos orienta hacia la casa de uno de sus familiares.

Tras las referencias y las características señaladas, a pesar de que se nos informa que se le vio por la mañana, en la casa en cuestión, tras conocer el motivo de nuestra búsqueda, nos dicen que salió a la ciudad de México.

La negación es mayor cuando intentamos saber más sobre el accidente de mayo de 2010 y cómo es que vive ahora, a seis años del percance.

En medio de contradicciones dicen que no saben cuándo regresará. Sin embargo, al calor de la plática, alguien que se presenta como su familiar, nos hace saber que Don Elías es poseedor de una “plaza”, al parecer en la escuela de la comunidad, y da a entender que ese fue el apoyo que recibió tras el percance que le hizo perder sus extremidades.

Después negaría la información, pide que nos identifiquemos y asegura que Don Elías entrará en contacto con nosotros para darnos toda la información que necesitamos. Hasta ahora no lo ha hecho y creo que no lo hará.

Algunos vecinos afirman y otros más aseguran que Don Elías ya trabajaba en la escuela antes del accidente. No se ponen de acuerdo, sin embargo, casi todos coinciden en que tras el accidente, de la candidata, jamás se supo nada, a pesar de que aseguró que regresaría y que estaría pendiente del lesionado.

Estanislao Alvarado ya es un joven que trabaja con su papá

Tanis, creo que así le gritaron cuando preguntamos por él, está dispuesto a hablar, a simple vista no presenta secuelas después del percance que sufrió cuando tenía 13 años.

Hoy tiene 19, su pierna derecha registra una enorme cicatriz que abarca casi todo la espinilla y pantorrilla, e incluso se ve un poco más delgada con respecto a la aparente corpulencia del joven, pero parece que todo en él está bien.

Sin embargo, a pregunta expresa asegura que el apoyo fue mínimo y que, de la candidata, jamás se supo nada.

Agrega que estuvo a punto de perder la pierna, que los golpes hicieron que ahora sufra dolores de espalda y en medio de las quejas agradece a Luz María Rivera, la luchadora social que asumió la responsabilidad de su causa, fue ella quien presionó a las autoridades para que no lo olvidaran.

Después de dar los primeros detalles pregunta el porqué de nuestro interés a seis años de distancia e inmediatamente llama a su padre para sentirse respaldado.

Su padre, trabajador de la construcción, es más directo, no quiere problemas y tampoco desea que sigamos hablando sobre el tema.

Sin embargo, una vez más reitera que de Adriana Dávila jamás volvieron a saber nada, dice que al parecer había mostrado el interés de visitarlos en su casa, pero hasta la fecha no ha llegado hasta su domicilio.

Ante la insistencia por saber qué ha pasado a seis años del percance, resume las consecuencias: Mi hijo recibió una beca que le otorgaron sólo algunos meses, en el hospital casi se olvidan de él y poco falto para que perdiera la pierna. Reconoce también la incondicional ayuda de Luz Rivera.

Aclara que sí los apoyaron, pero deja ver un detalle importante, la ayuda aparentemente vino de la administración estatal, recuerda que el PAN estaba en el poder y no quería quedar mal ni pretendía hacer quedar mal a quien era su candidata, pero insiste en que Adriana Dávila nada tuvo que ver en la ayuda que recibieron y hasta la fecha de la candidata no han sabido nada.

Ni visitando a las autoridades ni hablando voy a recuperar a mi marido…

La viuda de Don Moisés Montiel amablemente nos da su nombre, pero nos pide callar y no escribir nada al respecto.

Nos invita a respetar su silencio. Sus hijos salen y nos explican que a seis años de distancia no tiene caso hablar al respecto.

Reconocen que fueron ayudados con los gastos funerarios de su padre y esposo, no saben de dónde llegó el apoyo, pero suponen que la administración de Héctor Ortiz, entonces gobernador panista, fue quien facilitó toda la ayuda.

La viuda, con un niño en brazos que suponemos es su nieto, insiste en guardar silencio y recuerda lo mismo que dijo hace seis años:

“Si hablando con Usted o yendo a ver a los causantes del accidente voy a recuperar a mi marido, con gusto habló y visito cuantas veces sea necesario a los culpables… pero como esto no va a suceder mejor no digo nada”.

Su hijo es más certero y directo, sin ser grosero, deja ver que no somos bien recibidos en su casa. Nos pide no hacer más preguntas y retirarnos.

Faltan unos días para que se cumpla un aniversario más de los lamentables hechos

Hoy, como hace seis años, la intención más allá de sólo mostrar los acontecimientos que se presentaron, es generar conciencia y evitar, en lo medida de lo posible, hechos que afecten a los ciudadanos, terminar con la impunidad y aunque, como dice la viuda de Don Moy, nada regresará la vida de los que se fueron, estamos seguro que la sensibilidad y la atención adecuada de quienes causaron o fueron acusados del accidente, seguramente daría un poco de consuelo a los que se quedaron y ayudaría en mucho a los que resultaron afectados.

Epílogo

El día de la tragedia, Adriana Dávila publicó en Facebook:

"Con un profundo dolor, quiero comunicar que ayer, en la comunidad de Díaz Ordaz, ocurrió un accidente en el que perdió la vida nuestro compañero Moisés Montiel Caballero. Todo mi apoyo, respaldo y solidaridad para su familia en este difícil momento. Estamos atentos de la atención médica de los lesionados. Cuentan con mi apoyo".