- Salud
Una vez que fueron utilizados para la campaña del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno del estado, Marco Mena Rodríguez, cientos de trabajadores de la Secretaría de Salud (SESA) han sido removidos de sus puestos laborales para ser reemplazados por amigos y allegados a Blanca Águila Lima, lideresa del sindicato de este organismo ante el inminente proceso de formalización que comenzará en los próximos días.
A este medio una docena de quejosos que pidieron omitir sus particulares, aseguraron contar con una antigüedad de hasta 10 años dentro de la SESA, por lo que de acuerdo con la ley tienen el derecho a aspirar a la formalización de su puesto laboral y así lograr un mejor salario y contar con las prestaciones que prevé la Constitución.
Según los agraviados, Blanca Águila con el respaldo del gobernador Mariano González Zarur y del secretario de Salud, Alejandro Guarneros Chumacero, esperaron que pasara el Grito de independencia para comenzar con los despidos del personal que labora por contrato, vulnerando su derecho a aspirar a una formalización luego de haber cumplido más de seis meses trabajando para la dependencia.
Relataron que durante el proceso electoral fueron obligados tanto por la dirigente sindical como por las autoridades a realizar diferentes actividades proselitistas en favor de Marco Mena Rodríguez bajo el argumento de que quien no hiciera labor política no tendría derecho a entrar al proceso de formalización.
Ante esta situación lamentaron no sólo que hayan sido obligados, sino que a pesar de haber cumplido con la condición de los priístas ahora sean despedidos para otorgar los lugares a gente cercana a Blanca Águila, Marco Mena y Mariano González.
Tan sólo en los programas federales en donde aseguran debe haber ciertos estándares y capacitación constante, fueron echados a la calle alrededor de 100 personas, muchas de ellas con hasta 10 años de laborar dentro de la SESA.
Por tal actitud lamentaron que el PRI pueda continuar el frente del gobierno en Tlaxcala y calificaron la administración de Mariano González Zarur como la más corrupta, intolerante y cínica, por lo que hicieron un llamado a las autoridades federales a que tomen cartas en el asunto y no permitan que un gobierno tirano pisotee los derechos de los trabajadores de la salud.