• Tlaxcala
  • Alfonso Sánchez Anaya
En el video comentario que realicé hace unos días, con relación a las amenazas manifiestas del nuevo gobierno de Estados Unidos de deportar a nuestros connacionales que viven en su territorio, con la construcción de muros ignominiosos y la renegociación de acuerdos comerciales entre ambos países, mencioné convencido, mi coincidencia con la unidad nacional para salir adelante ante tales circunstancias.

Pero más allá de la legitima convocatoria que muchos actores han realizado a favor de la unidad de los mexicanos ante el infortunio, también habría que poner especial atención a lo que expresó hace unos días el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, integrante de la Organización ciudadana Por México Hoy: “los embates del exterior no los va a resistir con éxito un país puesto de rodillas, doblegado y sometido por los gobernantes del neoliberalismo entreguista y excluyente“.

Lo anterior, en franca alusión a la convocatoria del Ejecutivo Federal para la unidad nacional de todo el pueblo de México; sin embargo, algunos solo vemos en el llamado una oportuna estrategia para beneficiar su deteriorada imagen, él está más ocupado por dar explicaciones, a través de sus voceros, por los contenidos de llamadas telefónicas con su homólogo estadounidense, que por definir con claridad las acciones y las políticas que el gobierno emprenderá en defensa de nuestra soberanía y dejar a un lado discursos retóricos que no resuelven lo realmente importante.

Mi estimado amigo Alejandro Encinas, también ha mencionado que “no puede haber unidad nacional en una figura presidencial decadente y ajena al interés nacional”, porque lo que hemos visto hasta ahora del ejercicio del poder de la clase gobernante, ha sido para todo menos para resolver nuestros grandes problemas internos, que nos hacen vulnerables ante los embates del exterior.

La pobreza de millones de mexicanos, incrementada año con año, no es culpa de envalentonados líderes extranjeros y sus exabruptos diplomáticos, los responsables están aquí, los que con sus malas políticas han generado y generan más desigualdad, incapaces de propiciar las condiciones para que haya más empleos  bien remunerados para todos y retener a los que se van en busca de horizontes más promisorios; esos mismos personajes siguen tomando decisiones por el pueblo, impulsando “pactos”, compartiendo complicidades y beneficios al margen de la ley.

El investigador Luis Alberto de la Garza, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, declaró que la grave crisis por la que atravesamos hoy en día, es porque hemos sido nosotros mismos los que hemos llevado al país a esta penosa realidad en la que viven millones; en el exterior no se fijaron los salarios mínimos, ni tampoco encontramos a los responsables de tanta impunidad y corrupción, sino en el Gobierno y el sistema político mexicano.

La realidad pareciera que se enfrenta a la unidad de los mexicanos; una realidad que supera la conciencia social, porque la gente está más preocupada por resolver sus carencias de todos los días, que por participar y alzar la voz para ser escuchada.

Por ello sostengo que sí, efectivamente, la respuesta a nuestros males está en la unidad de los ciudadanos, no solamente para manifestarnos, sino para verdaderamente unirnos, organizarnos, para exigir que las cosas sean diferentes en beneficio de los menos favorecidos; para que todo se transforme, es un buen momento de México para cambiar.

"No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es su ser social el que determina su conciencia." Karl Marx