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Debido a que sus días en el PRI están contados, la ex alcaldesa de Zacatelco recorre los hospitales, jurisdicciones y centros de salud.

Una vez que le confirmaron que no tendría oportunidad alguna de ser la dirigente del (Partido Revolucionario Institucional (PRI), la actual lideresa interina, Blanca Águila Lima pisó el acelerador en su intentona de reelegirse nuevamente en la sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud SNTSA, implementando una campaña de mentiras y miedo a la base trabajadora, según dijeron a este medio personal que labora en la Secretaría de Salud (SESA).

A la lideresa lo mismo se le ha visto presumiendo supuestos logros sindicales en el Hospital General de Tlaxcala que en el Regional de Tzompantepec, sus operadores han iniciado la campaña de intimidación y engaño que consiste en dos puntos que le han funcionado para continuar manejando las jugosas cuotas sindicales de las cuales no rinde cuentas a los más de cuatro mil agremiados al SNTSA.

Un argumento entre la clase trabajadora es que le deben las formalizaciones que tienen, diciendo que los recursos para que se aterrizaran fue por su gestión, sin darles a conocer que fueron a nivel nacional y comenzaron desde el gobierno del panista Felipe Calderón, por lo que Blanca Águila no tuvo nada que ver, al contrario, muchos de los que merecían los espacios por el tiempo laborando los hicieron a un lado para meter a la gente de la priísta, perdiendo hasta 10 años de antigüedad  en la SESA.

Debido a que muchos de los formalizados tienen familiares con plaza federal, la presión de Blanca Águila es que las familias incrustadas en la SESA voten de manera conjunta por su planilla.

La otra manera en la que Blanca Águila opera es a través del miedo, ya que bajo la misma circunstancia en relación a los lazos familiares que existen en la SESA, les hace creer que si no la apoyan les retirará las formalizaciones, por lo que los formalizados y sus parientes de plaza federal prefieren no inconformarse con la llamada “Elba Esther Gordillo” de Tlaxcala.

A este medio, un allegado a Blanca Águila comentó “La mayoría del personal ya no quiere a Blanca pero le tienen miedo, piensan que tiene mucho poder y prefieren mejor apoyarla a enfrentarla, quienes estamos cerca es lo mismo, o la apoyamos y nos privilegiamos con espacios o que nos fastidie como ella sabe, los que realmente accedemos a privilegios somos pocos, ella es muy desconfiada y más su novio Abel”.

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