• Salud
Personal sindicalizado del Sntsa comienza a ver la debilidad de la regordeta lideresa y respaldan acciones del Congreso local para mejorar la salud en los nosocomios y centros de salud del estado

El uso discrecional de los recursos de las cuotas sindicales de los agremiados a la sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Sntsa) y el temor que aplicaba tanto a sindicalizados como a personal de contrato y suplentes, ya no serían armas suficientes para que Blanca Águila Lima mantenga el control de la Secretaria de Salud (SESA) como lo ha hecho en los últimos años, lo que le ha permitido tener lujosas propiedades y automóviles e incluso la supuesta construcción de un hospital en la Ciudad de México.

Las alarmas se prendieron después de que cayera derrotada cuando buscó la diputación federal por el segundo distrito y el triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), una vez instalada la actual legislatura local, la Comisión de Salud que encabeza el diputado Víctor Castro López, determinó realizar revisiones a los hospitales y centros de salud de la SESA para conocer los problemas y necesidades.

Fue así que los legisladores locales comenzaron a acudir a visitas a los nosocomios y centros de salud con la intención de conocer las necesidades y no de ir contra el personal que labora en la SESA, hecho que molestó a las autoridades estatales por destapar las irregularidades con hedor a corrupción que ventilaron los representantes populares.

Más fue el enojo de Blanca Águila al ser la principal responsable de que no exista personal en los hospitales en los distintos turnos, por lo que aprovechando una declaración realizada por Víctor Castro en tribuna del Congreso en relación a que existe preocupación por parte de la ciudadanía por el robo de infantes, la enfermera comenzó una campaña de desprestigio entre sus agremiados para hacerles creer que el Poder Legislativo está en contra de los trabajadores.

Utilizando los millonarios recursos por las cuotas sindicales que recibe cada mes, la enfermera pagó desplegados en medios de comunicación exigiendo al diputado Víctor Castro una disculpa por lo dicho en tribuna, desviando el asunto con la intención de que el personal piense que se le quiere evaluar o que van en contra de ellos.

Blanca Águila además utilizó panfletos para hacerle creer a sus agremiados que el Congreso debe pedir una disculpa pública, mientras que oculta la información sobre los millones de pesos anuales que recibe por concepto de cuotas sindicales.

La desesperación de la zacatelquense creció con la información que obtuvo de que su desplegado amañado no sólo fue mal recibido por los agremiados del Sntsa, sino que incluso personal que labora en la SESA ha comenzado a acercarse al Congreso local para denunciar las corruptelas de la líder sindical y las irregularidades que persisten en el sector gracias a ella.

Los mismos trabajadores que la apoyaban han comenzado a abandonarla al ver que su poder se está acabando derivado del ocaso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Las amenazas y golpes en la mesa, ya no le alcanzan para mantener el estado de terror entre el personal de la SESA, que ya ve una luz en la oscuridad con la llegada de un Congreso local preocupado por la salud y con el respaldo federal para hacer justicia en este tema, viéndose prácticamente solo apoyada por un gobierno local cuestionado en su legitimidad y con un Poder Legislativo que es oposición y en su mayoría de la línea de AMLO.

De esta manera, el mito de la fuerza de Blanca Águila comienza a derrumbarse como le sucedió al PRI en las pasadas elecciones, por lo que incluso ya se rumora sobre denuncias penales en contra la enfermera por diversas irregularidades, tal y como le sucedió en su momento a Elba Esther Gordillo, la zacatelquense está por caer señalan sus más cercanos colaboradores que ya estarían colaborando para ver tras las rejas a la regordeta lideresa.

Tags: