• Tlaxcala
  • Adolfo Tenahua Ramos
La dueña y poderosa es sin duda Laura Aviles Romano, ella se encarga de calificar quien se va y quien se queda.

La Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción es prácticamente un adorno más para el estado de Tlaxcala, desde su creación no ha dado resultados ni mucho menos ha logrado sanciones ejemplares contra funcionarios señalados de haber incurrido en el desvío o mal uso de los recursos públicos.

Eso no es lo destacable, lo realmente importante es que esa institución la han utilizado solo para llenarla de consentidos y recomendados que, a pesar de no cumplir con el perfil, ocupan un espacio prestigiado.

Se informó al interior de la fiscalía que, desde el inició de la emergencia sanitaria la secretaria técnica, Laura Aviles Romano (por cierto, según ella su apellido Aviles no lleva acento), decidió no acudir a trabajar para no contagiarse de coronavirus, pero con gozo de sueldo al 100 por ciento, esto con aval del titular de la fiscalía Pedro Sánchez Ortega, quien tiene una relación muy cercana con la empleada. En tanto el resto del personal es obligado a laborar.

Además, personal de la misma fiscalía, asegura que recientemente fue nombrada Lucia Coy como Ministerio Publico, la cual se dice que está recomendada de un super funcionario estatal.

La antes mencionada, es recién egresada de la licenciatura, no cumple con el grado de experiencia que se necesita para encabezar ese puesto, además de que carece presuntamente de los conocimientos para resolver temas de corrupción.

El hostigamiento laboral ha dado paso a que mucha gente sea despedida, para muestra, sería prudente que se revise la nómina y la plantilla laboral para que se contabilicen los cambios generados desde la creación de la fiscalía hasta la fecha.

La dueña y poderosa es sin duda Laura Aviles Romano, ella se encarga de calificar quien se va y quien se queda, todo se deriva porque supuestamente tiene una relación muy cerca con el fiscal. Por esta razón hay tantos despidos y contratos.

Lo que es un hecho es que los tlaxcaltecas están en espera de que se emprendan sanciones condenatorias en contra de funcionarios o ex funcionarios, en lugar de justificarse diciendo que la fiscalía tiene poco personal y por eso no hay tramite a cientos de expedientes.