- Seguridad
La tan esperada marcha "pacífica" se tornó violenta luego que los manifestantes decidieron lanzar piedras contra oficinas del Palacio de Gobierno y cuando decidieron tirrar las protecciones colocadas para resguardar el edificio. Por eso razón, la policía estatal uso gas lacrimógeno, polvo químico y chorros de agua para controlar a los inconformes, lo que despertó la molestia de algunos contingentes que participaron en la marcha del 8 de Marzo.
En la Plaza de la Constitución decenas de mujeres intentaron derribar los muros metálicos que protegían la fachada del Palacio de Gobierno, en respuesta los equipos antimotines arrojaron con extintores polvo químico, al menos una decena de bombas de gas, y lo que resultó un fracaso fueron los chorros de agua lanzados a través de un camión blindado de la policía conocido como "Goliat".
Derivado de la embestida, las femeninas lograron derribar varias luminarias del recién remodelado parque, con el que intentaron tumbar la protección de Palacio, sin embargo, no lograron su objetivo.
Lo que si consumaron fue la destrucción de vidrios de las ventanas de las principales oficinas de Palacio de Gobierno, incluyendo la de la mandataria estatal Lorena Cuéllar. Incluso las rocas fueron juntadas de las jardineras del centro histórico, mismo que se encuentra en proceso de rehabilitación.
Cabe señalar que un camión cisterna arribó a la zona de protesta para arrojar chorros de agua y así dispersarlas, pero un hombre de identidad desconocida logró treparse y desconectó las mangueras, impidiendo que se consumara el objetivo.
Conforme pasó el tiempo los contingentes se fueron dispersando por lo que la intención de derribar las barreras poco a poco perdió fuerza, fue así que no se cometieron actos vandálicos contra el inmueble como el año pasado.
Lo que hay que resaltar es que, si Guadalupe Ballesteros, secretario técnico de la Secretaria de Seguridad Ciudadana era considerado como un gorila de la represión, el titular de la dependencia Ramón Celaya Gamboa mostró ser un "King Kong", pues su actuar dejó entrever la intolerancia que tiene para tratar a manifiestantes.
Esta fue la prueba de fuego de Celaya Gamboa, lo que no esperaba es que su propio personal lo evidenciara como intolerante y hostigoso dentro de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC).