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  • Luis Castillo
El OFS ha detectado diversas anomalías en una de la secretarías más proclive a la corrupción


No conforme con las diversas irregularidades que le han sido observadas por el Órgano de Fiscalización Superior (OFS), la titular de la Secretaría del Bienestar en Tlaxcala, María Estela Álvarez Corona, se ha empeñado en empañar aún más la imagen de la deteriorada dependencia que habría sido creada para los caprichos de los juniors y que posee un millonario presupuesto que estaría siendo dilapidado.

El OFS, señaló que existen proveedores fantasma, aunado a que ha habido conflicto de interés por contratar empresas en las que los propietarios son directivos de esta corrupta dependencia, además de los millonarios contratos en los que los alimentos otorgados a personas de escasos recursos, son más caros que en un restaurante.

Por si no fuera poco, hay juniors que han traído desde otros estados de la República que además de prepotentes, no cumplen con el perfil que se requiere en el cargo, como el caso de Benel Espinosa Cruz, quien funge como directora de Bienestar Integral.

Aunque la funcionaria fuereña se ostenta como licenciada en comercio, según el OFS no cuenta con la cédula profesional que respalde su profesión y que me permita firmar documentos legales, por lo que estaría incurriendo en un acto ilegal y con consecuencias.

 

Pese a que el OFS ha hecho el señalamiento directo, desde las altas esferas de la Secretaría del Bienestar, han solapado esta situación y se mantiene la actitud prepotente de la servidora pública que ni siquiera conoce la geografía tlaxcalteca pero que si ve con menosprecio a los habitantes de la “cuna de la nación”.

Esta dependencia en su mayoría, está integrada por personal que carece de sensibilidad y que son jóvenes que sin experiencia, llegan por onerosos salarios y sólo con buenas recomendaciones del más alto nivel.

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