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  • Pedro Morales
El pueblo, el que vota no fue merecedor de ser invitado

Tlaxcala, Tlax.- Cualquier ciudadano tlaxcalteca, simple mortal que ha militado toda su vida en las filas del tricolor y que hubiera querido escuchar o ver de lejos la ceremonia del  segundo informe ciudadano de su gobernador, simplemente le fue imposible.

Aunque haya votado por él, con la esperanza de un cambio.

El centro de convenciones se convirtió en fortaleza, para evitar cualquier intromisión de revoltosos y pasaron a traer a los ciudadanos, quienes ayer no fueron libres de presenciar esa ceremonia.

Cientos de policías rodeaban el recinto, en parejas fueron sembradas en todo el perímetro, invariablemente eran mujeres y hombres policías atentos y sin quitar la vista a quien se atreviera a circular caminando por las cercanías del recinto.

Exactamente 50 metros era la distancia de cada pareja de vigilantes policías, pero esto pasaba de los dos lados de la acera, ya en las cercanías de los accesos, se sumaban además elementos ministeriales.

Es inconfundible su vestimenta, traje negro, pelo corto y de mirada sospechosa que vigila a todo el mundo, nadie hablaba, solo miraban, atentos a cualquier movimiento.

Pero si eso no bastara, en cada esquina y a media cuadra, en todo el perímetro, había patrullas listas con elementos para entrar en acción, otros se ubicaban muy cerca de la casa del jubilado, para detectar cualquier movimiento extraño.

Ya ni pensar en ver aterrizar a los helicópteros en los que llegaron los invitados especiales, del otro lado del recinto era imposible el paso, el sitio se convirtió en una verdadera fortaleza.

¿A qué le tienen miedo?, preguntaba en voz baja una mujer a su pareja, que sin levantar la vista solamente voltearon para ver a los invitados sentados en las sillas, solitos, frente a una enorme pantalla donde el gobernador con voz que no se entendía daba lectura rápida a un documento.

Es por eso que se vivieron dos informes, el de los que asistieron con invitación en mano y gafete colgado al cuello y el pueblo, que no pudo ingresar de ninguna manera, debido a que además del cerco policiaco, debería de pasar los filtros de vigilancia.

Estos también estaban resguardados por elementos de seguridad, atentos y firmes no dejaron pasar a nadie que no llevara invitación o gafete, tratar de acceder o de tomar fotografías en esas condiciones significaba un verdadero suicidio.

Si toda esa vigilancia pareciera excesiva, solo había que tratar de entrar por el acceso carretero al sitio, un retén con elementos policiacos y conos anaranjados no permitió el acceso de grupos, simplemente eran detenidos para revisar sus documentos y constatar su procedencia.

Mientras, afuera del recinto estaban muy quietos y callados los helicópteros, los gobernadores que vinieron los trajeron y uno que otro de los invitados especiales, la vida transcurría sin novedad, el centro histórico de Tlaxcala reportaba sin alteraciones, cada quien en sus actividades.

Pocos escuchaban la transmisión por radio, la gente ya casi no acostumbra sintonizar las radiodifusoras del Estado, en primera por lo aburrido de sus transmisiones y fue un poco pagar con la misma moneda del desdén.

Al tratar de buscar reacciones en la ciudad rielera de Apizaco, la situación no era diferente, las y los ciudadanos escuchaban sin escuchar a Mariano González, se le notaba nervioso, su lectura muy rápida.

Ya era la última parte, cuando habló de la educación, de que había regresado la cooperación, la solidaridad y de los agradecimientos con respuesta de plausos que se notaban forzados.

Luego vino el tema de la ecología, que si la reforestación, que si las presas de gaviones que serían sembrados muchos arbolitos ya casi logrados, que todo estaba muy bien y en orden.

El ritual terminó, se elevaron los helicópteros que desde lo alto vislumbraron un territorio tlaxcalteca árido, con mucha erosión en sus cerros, con una Malintzi devastada por la tala, con un Zahuapan que les dijo adiós agitando sus aguas tranquilas y fétidas.

Mientras el ciudadano de a pie, queda a merced de lo que le quieran decir, de lo que se dignen mencionar, al fin y al cabo que este fue un informe para ciertos ciudadanos, que no para todos los tlaxcaltecas.

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