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A la vieja usanza del tricolor de los años setenta, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el estado, Tomás Munive Osorno llamó el pasado 5 de mayo en una reunión de emergencia a personal que labora en la dependencia educativa para regañarlos por los escasos resultados y el desfavorable posicionamiento de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para diputados federales por los tres distritos, ordenando que redoblen esfuerzos para siquiera ganar una diputación.
Aun cuando fue día no laborable por la conmemoración de la Batalla de Puebla, al titular de la SEP no le importó y citó de emergencia a mandos medios y altos de la de dependencia para exponerles que no estaban haciendo bien el trabajo para posicionar a los candidatos del tricolor y que debían redoblar los esfuerzos porque la instrucción del gobernador, Mariano González Zarur era muy clara para hacer ganar a sus “muchachos”.
A través de las redes sociales fue como se denunció esta presunta coacción de Tomás Munive, además de que personal muy allegado al secretario particular, Víctor Carro Meneses dijeron a este medio que el gobernador le hizo una llamada a su amigo Tomás Munive para decirle “tienes que poner a toda tu estructura a trabajar, no sé cómo le hagas pero necesitamos resultados, estamos a un mes de la elección y siguen débiles nuestros candidatos”.
Acto seguido Munive Osorno comenzó a convocar a toda su estructura para que se presentaran a las 18:00 horas, reunión de emergencia en el que el regaño fue la constante y la instrucción muy precisa, posicionar a los candidatos del PRI y de manera específica al que le ven menos posibilidades de ganar pero quien se asume y presume como el “delfín” del gobernador, el abanderado en el distrito de Zacatelco, Ricardo García Portilla.
Es por esta instrucción que se ha comenzado el trabajo pedido por el ejecutivo a Munive Osorno, sin importar si para esto se deba de hacer desvío de recursos financieros y humanos con tal de que los candidato del PRI se coloquen dentro del gusto del electorado, obligando no sólo a los de la SEP, sino a los de otras dependencias a realizar el trabajo que tanto criticaron que haría Héctor Ortiz Ortiz en su tiempo para hacer trabajo político.