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Aunque pareciera ser que se quería dar “un baño de pueblo”, el gobernador Mariano González Zarur sólo se dejó ver ayer por la tarde en los portales de la capital del estado en compañía del director de un medio de comunicación impreso sin que tuviera convivencia con el “tejido social roto” que lo llevó al puesto que desempeña.
Acompañado de unos discretos custodios, el gobernador se encontraba en el centro de la capital, dejando por lo menos un par de camionetas esperando a que terminara su charla, las cuales estaban estacionadas en lugar prohibido, sin que algún elemento de vialidad acudiera a retirarlas de la zona.
Lo más lamentable es que a los ciudadanos se les exige mover sus unidades en este lugar, mientras que al gobernador no se le molesta pero lo peor es que el mismo ejecutivo pareciera no importarle dejar los vehículos en lugares prohibidos, aprovechando privilegios de su cargo a pesar del repudio de la ciudadanía.
Esto debido a que Mariano se placeaba como acostumbra antes de que se celebren comicios electorales, sin considerar que este tipo de acciones no abonan en favor de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), todos ellos vinculados estrechamente con el mandatario, más aun la candidata del distrito 2 y el del tercer distrito, mejor conocido como “el delfín” del gobernador.