• Pedro Morales
Sigue la desaparición del Mural de la Batalla.

Tlaxcala, Tlax; a 20 de Octubre de 2015.- La pintura del Mural de la Batalla cada día pierden más su colorido, el azul maya que fue descubierto hace 40 años se ha borrado, pierde su brillo y no hay intervención por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH.

En el lugar la arqueóloga Yajaira Mariana Gómez García  es la subdirectora de la Zona Arqueológica de Cacaxtla y reconoce que el último director que fue nombrado se fue desde el 2010.

Entrevistada en el complejo arqueológico de Cacaxtla-Xochitécatl, comenta que a la fecha no se tiene un registro oficial por parte del instituto, sobre el daño que registra la pintura mural en especial el del Mural de La batalla.

También reconoce que es evidente que ha ido perdiendo su pigmentación y desde tiempos de que estaba el doctor Goñi como director, no existe realmente un estudio o un diagnóstico, para ver qué es lo que está pasando con la pintura mural.

Aseguró que dicho estudio ya va a ser solicitado de manera oficial, ya que hace falta mucho trabajo y mucha intervención arqueológica, sobre todo para el mantenimiento de la zona.

Porque en términos generales hay vigilancia, aseo y limpieza pero no se ha consolidado el proyecto de rescate y de protección, porque es evidente que la parte poniente del Gran Basamento existen zonas que no están consolidadas.

Esporádicamente envían un recurso y se aplica, “realmente la zona no se está desmoronando”, porque hay la protección de la gran techumbre, que es la que protege al Gran Basamento.

Comentó que en el 2010, fue la última intervención que tuvo como tal por parte de especialistas del INAH y ahorita estamos en proceso de diagnóstico de traer un especialista para ver desde el 2010 hasta el 2015 que ha pasado.

Gómez García hace notar que evidentemente el cambio climático está afectando el mural, “yo puedo dar una respuesta aquí entre comillas pero realmente debe de ser un especialista para establecer qué es lo que está pasando”.

Indicó que la protección de vidrio causa un efecto visual que impide apreciar los colores del mural, debido a que los vidrios se han afectado al paso del tiempo y han perdido su transparencia.

EL GRAN BASAMENTO SE DESMORONA
 
Los custodios y vigilantes de la zona arqueológica,  ya no se extrañan por la ausencia de un director del sitio, el Instituto Nacional de Antropología (INAH), y mucho menos hay un arqueólogo que se encargue del mantenimiento del Gran Basamento, esto ocurre desde hace años y el daño es evidente en la zona poniente del Gran Basamento.
 
La erosión causada por la temporada de lluvias es evidente, se suma a pequeños derrumbes que se han registrado al interior del basamento, como ha ocurrido en el Templo Rojo, donde a simple vista se aprecian graves daños a la pintura mural.
 
Todo está lleno de grietas, no hay mantenimiento de consolidación y de acuerdo a versiones de los propios custodios, con los temblores los murales se han agrietado en pequeños fragmentos.

EL LUGAR DEL SACRIFICIO DIVINO
 
El Mural de la Batalla o del Sacrificio Divino y las imágenes del pórtico donde se ubican los personajes Ave y Jaguar se encuentran como originalmente fueron sepultados.
 
El sitio alcanzó su esplendor entre el 600 y 950 d.C. y el sitio es contemporáneo de Xochicalco, Cholula y El tajín y se ubica que fue obra de los Olmecas-Xicallancas, cuya influencia se hace manifiesta por las pinturas relacionadas con las culturas  de la costa del Golfo del Altiplano Central.
 
Hace 39 años, pobladores de San Miguel del Milagro, del municipio de Nativitas, encabezados por Manuel Vega Piscil, encontraron por accidente uno de los primeros murales prehispánicos del sitio de Cacaxtla, y lo notificaron al párroco, quien dio aviso a las autoridades del Instituto INAH.
 
Así arrancó la exploración de “la joya” de la arqueología en Tlaxcala, cuyo descubrimiento es un acontecimiento ocurrido en octubre de 1975, y Cacaxtola esconde tesoros desde los primeros asentamientos en los periodos Formativo (1600-800 a.C.) y Preclásico (800 a.C.-100 d.C.); pasando por la primeras ciudades del Epiclásico (100-950 d.C.), hasta los estados y señoríos del periodo Posclásico (900-1521).
 
Tras el hallazgo del sitio prehispánico, las estructuras y los murales del sitio arqueológico quedaron expuestos a las inclemencias del clima.
 
LA MALDICIÓN DE LA GRAN TECHUMBRE
 
Para proteger los murales, en 1989, se colocó una enorme techumbre sobre el cerro; en mayo de 2007, una tormenta de granizo tiró un extremo de este techo, por lo que tuvo que ser reforzado.
 
Ahora el acceso cuesta 57 pesos, pero los destinos del dinero se van a oficinas centrales, mientras la falta de mantenimiento tiene en mal estado a las escaleras y pasillos de tránsito, donde la madera se ha torcido, las protecciones de los andadores se van destruyendo.
 
Pero lo más graves es que no hay mantenimiento arqueológico, por lo que los custodios y vigilantes consideraron que sería mejor una administración local, para evitar tanto descuido y abandono.
 
URGE ATENCIÓN SERIA
 
La investigadora y arqueóloga, Mari Carmen Serra Puche urgió a poner atención al rescate del “Mural de la Batalla” de Cacaxtla, ante su evidente deterioro que cada vez es más notorio al perder los pigmentos su brillo y colorido, señaló que es responsabilidad del INAH y de restauradores preservarlos.
 
Entrevistada la especialista en rescate y salvamento arqueológico comentó que en Xochitécatl se han excavado varis de las terrazas habitacionales, de las gentes que vivían en la región de Cacaxtla y Xochitecatl.
 
Refirió que el año pasado se descubrió en una excavación lo que parece ser un taller de cerámica de 800 años antes de Cristo y consideró que esto es muy importante y que ahora se buscan recursos para explorar las terrazas, donde seguramente existen vestigios de la vida cotidiana de la gente de esta zona.
 
SE BORRA EL MURAL DE LA BATALLA
 
En cuanto hace a la afectación en el colorido del “Mural de la Batalla”, Serra Puche indicó que efectivamente es un problema que ya lleva muchos años y que corresponde al INAH y a los restauradores ver cuál es la forma de seguir preservándolos.
 
En ese sentido, la investigadora reconoció que desde que los conoció a la fecha, es notable la afectación, principalmente por el clima, el viento y hasta la actividad del Popocatépetl.
 
Sin embargo, hizo notar que aún se puede admirar el maravilloso azul maya y que no se pierdan hay que hacer lo necesario, desde hacer una reproducción y taparlos no hasta sacarlos en un momento dado con las nuevas técnicas y llevarlos a un lugar más protegido.
 
“Yo como experta, lo que haría sería hacer una reproducción, para protegerlos y evitar que se sigan destruyendo”
 
Lo anterior debido a que el  “Mural de La Batalla”, de la zona arqueológica de Cacaxtla, cada día pierde sus hermosos colores, han bastado 40 años para que intervenciones equivocadas y la falta de una protección adecuada, ya han causado la pérdida de 70 por ciento o más del colorido original.
 
Desde hace cinco años, los propios arqueólogos de la zona alertaron sobre la desaparición del pigmento del mural, dijeron que hubo intervenciones de mantenimiento equivocadas, por parte del INAH.
 
Incluso que se habían borrado varios elementos, uno de ellos “Tres Corazón Sangrante”, que forma parte importante de la iconografía del mural, además de que otras intervenciones y equivocadas medidas de protección hacen temer que en menos de cinco años ya se habrán perdido estos vestigios irremediablemente.
 
El Mural de la Batalla mide aproximadamente 22 metros de largo y 25 metros cuadrados de superficie, por lo que se le considera uno de los más grandes en extensión del México prehispánico.
 
En él están representados los guerreros Jaguar de Cacaxtla, ricamente ataviados y armados venciendo a unos guerreros Águila, colocados en posición sumisa, desnudos y sin armas.
 
Desde su descubrimiento, el principal reto es evitar su deterioro, alguien sugirió colocar una barrera de vidrio, que actualmente existe, pero de acuerdo a las observaciones de los propios custodios, porque en este momento no se puede obtener una opinión calificada.
 
Esto debido a la notoria ausencia física de representante alguno del INAH, ni arqueólogos, ni encargados, menos hay un director que responda a las dudas o que se haga responsable del mantenimiento de la zona en su conjunto.
 
EL POPOCATÉPETL TAMBIÉN CONTRIBUYE CON SUS EMANACIONES
 
Esa barrera de vidrio que le fue colocado al mural, causa rizos de viento que tallan literalmente las pinturas directamente, con cristales microscópicos de partículas de polvo, que al paso de los años se convierten en lija que se lleva el azul maya.
 
Otro factor grave de afectación, es la resolana que en las tardes soleadas pega directamente en el mural, sin protección alguna y esta es la principal causa de la acelerada desaparición de los colores azul maya, blancos, negros, ocres, verdes y rojos.
 
Los llamados de advertencia no han sido escuchados por los empleados del INAH, quienes con soberbia y altanería retan a que se dé información oficial o quieren saber quién da noticias, sin que sean oficiales, para proceder en consecuencia.