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El director general del COBAT, Alonso Trujillo, ha Sido avisado por la base trabajadora, de permitir —e incluso proteger— una serie de irregularidades administrativas y sindicales que han derivado en un profundo deterioro dentro del STACOBAT. Para numerosos docentes, Trujillo se ha convertido en el principal responsable del ambiente de descomposición institucional, debido a lo que consideran una evidente tolerancia hacia prácticas opacas y decisiones controversiales que han puesto en jaque la credibilidad del subsistema.
De acuerdo con trabajadores inconformes, la presunta cercanía y el contubernio entre Alonso Trujillo y la dirigente considerada espuria, Domitila Guevara Flores, habría permitido mantener un control cuestionado sobre el sindicato, al grado de que muchos hablan de un “secuestro” de la organización. Afirman que, bajo esta dinámica, se habrían consolidado beneficios particulares, decisiones fuera de norma y un manejo poco claro de asuntos internos tanto financieros como operativos.
Entre los episodios que más indignación han generado, docentes señalan el respaldo institucional y sindical otorgado a la prefecta Leslie América Eliosa Rojas, del Plantel 13 Papalotla, pese a inconformidades estudiantiles y denuncias ante la Contraloría interna. Mencionan, además, que bajo la administración de Alonso Trujillo se permitió que esta trabajadora fungiera como asesora del grupo 502, algo que en décadas jamás se había concedido a una prefecta.
La situación se agravó cuando la maestra Alondra Leydi Garate Saldívar, quien había reportado presunto acoso laboral, terminó siendo desplazada del plantel, mientras que la prefecta denunciada permaneció protegida. Para la base sindical, este hecho refleja una estructura interna donde se respalda a quienes cuentan con apoyo de la dirigencia y de la dirección general, sin considerar las afectaciones hacia quienes denuncian irregularidades.
Los trabajadores señalan que la administración de Alonso Trujillo ha sostenido como interlocutora a Domitila Guevara Flores, pese a la inconformidad de una parte importante del sindicato, lo que —afirman— ha permitido que continúen prácticas de favoritismo, decisiones unilaterales y un manejo discrecional del poder interno. Para muchos docentes, esta alianza ha profundizado la crisis sindical y ha debilitado los principios de defensa laboral que deberían regir al STACOBAT.
Dentro del subsistema circulan versiones que apuntan a presiones, acuerdos internos y decisiones justificadas bajo el discurso de preservar la estabilidad del COBAT, pero que, según trabajadores, solo han funcionado para mantener en pie una estructura debilitada y alejada de la transparencia.
Ante este panorama, los afiliados exigen que la autoridad estatal revise el papel de Alonso Trujillo al frente del COBAT y se restablezcan mecanismos claros, legítimos y democráticos tanto en la vida institucional como en la sindical. Consideran que, mientras persista este respaldo a una dirigencia cuestionada, será imposible reconstruir la confianza y la unidad dentro del subsistema.


