Mientras las autoridades dan cifras y promesas, los ciudadanos pierden no solo su patrimonio, sino la tranquilidad de vivir o circular libremente como pasó en Cuapiaxtla, Calpulalpan y Hueyotlipan
Estos hechos reflejan la constante amenaza que enfrentan los transeúntes y repartidores en las calles, donde los delincuentes actúan de manera violenta y sin que las autoridades logren frenar esta ola de inseguridad.