Con paso firme y decidido el candidato del partido de la Revolución Democrática (PRD) Paco Hernández, realiza su primer recorrido de campaña en toque de puertas, “la cercanía a la gente es lo principal” comenta mientras camina, lugar: San Esteban Tizatlán donde los vecinos que lo saludan, le comentan su molestia de los actuales gobernantes.
Son las 12:30 de la tarde, es casi la salida de los infantes de primaria, entusiasma a Paco ver a los niños de su localidad vecina salir de la escuela. Los niños son nuestro motor, sostiene mientras abunda en la conversación y dice que su convicción de lograr un municipio mejor es mas grande, mucho más grande que una campaña un grupo de amigos, es “con toda honestidad te lo digo, que estos niños, encuentren en su capital y sus pueblos y colonias, lugares seguros para correr y jugar, cómo antes lo hacía yo con mis hermanos y vecinos en la cuadra cuando éramos chavitos”.
Más de una veintena de gentes que integran su brigada hacen llegar sus propuestas y proyectos incluyentes, por medio de folletos y de pláticas, el candidato es determinado y a la ves diestro, sabe que una mano extendida y una sonrisa franca, es el primer paso para conquistar un corazón tlaxcalteca más. Adelante, se encuentra con amigos y vecinos y también a los que no creen, pero en general se van convencidos de su propuesta de trabajo.
En la Calzada Xicohténcatl se encuentra Isabel y junto con su esposo le dan la bienvenida a su humilde casa, a unos 20 metros de la calle, el tepetate se siente en los pies cuando caminas, “que bueno que viniste Paco, ya estamos artos de tanta ratería”, argumenta el esposo de Isabel, “denme la oportunidad de trabajar, hay que unirse para poder ganar” argumenta Paco, informa que su proyecto de gobierno beneficiará a la comunidad y a las familias de Tizatlán. Isabel y su esposo se despiden de Paco con una sonrisa, la cual demuestra que están llenos de esperanza.
Después de una hora de recorrido y de visitar a mas vecinos, Paco Hernández llega a la Calle Sor Juana Inés de la Cruz, allí se encuentra Virginia Pérez, hace tortillas, mientras a su lado se le acompaña una viejecita que con mirarada atenta sigue sus movimientos, es su madre, quien abiertamente dice desconfíar de todos los políticos “ya no creo en nadie”, Virginia pone atención a lo que le dice Paco, le demuestra que es de confianza y a su ves le da el apoyo “aunque mi mamá no quiera, yo voto por ti Paco”, su madre la recrimina con la mirada y le recuerda cómo la actual administración no le dio oportunidad de laborar y acceder a algún programa social “hoy va en serio madre, vas a ver”.
A Paco Nunca se le va la sonrisa, así camine la empinada calle que lo llevará al “barrio” como se conocen en la comunidad, y con ese entusiasmo entra a una tienda, se encuentra con Martín, hombre de casi 60 años y que toda su vida a atendido su modesta pero muy surtida tienda, la explicación del proyecto inicia con el tema de seguridad y Martín lo interrumpe, su molestia es general “todos son iguales, nunca cumplen, llegan al poder y ya no se acuerdan”, la respuesta es contundente “yo soy Paco Hernández” y le pide que pregunte con la gente, “si hablan mal de mi no me des tu voto, pero si hablan bien de mí, ayúdame, dame la confianza”.
Martín se queda pensando y acepta la oferta, se despide y se queda con un cliente, y pregunta si es de fiar, el vecino afirma con la cabeza, “es nuestra mejor opción, es buena persona y nos va a cumplir”, Martín despacha su mercancía y mientras lo hace también señala con un movimiento de afirmación “órale, voy contigo Paco”.