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  • Pedro Morales
Eva Martínez produce aretes y joyas excepcionales.

Tlaxco, Tlax.- Entrar al Taller Escuela de Platería de Eva Martínez, ubicado en las sinuosas callecitas de Tlaxco, es entrar a un maravilloso mundo de imaginación, creatividad y realismo.

La reconocida artista y artesana recuerda que durante su recorrido por pueblos y ciudades, logró que las mujeres le prestaban aretes impares, todos ellos auténticas piezas de colección que despertaron su creatividad.

Es por eso que en cada pieza invoca a la nostalgia.

El crisol de fundición de la  plata se convirtió en su aliado y desde hace más de 28 años lo usa para dar vida a  sus joyas, que fueron representativas en épocas pasadas.

A sus 86 años de edad, Eva Martínez tiene el vigor y el talento a flor de piel, ha dedicado casi un cuarto de siglo a emular la belleza de la naturaleza, conjuntándola con su creatividad y con los orfebres de antaño.

Lo mismo da vida a ornamentas femeninas con motivos de bordados indígenas que a símbolos de la Colonia que son manos, el Espíritu Santo, pájaros, cruces y flores.

Todas sus creaciones tienen la dedicación de las horas que requiere una artesanía.

Sus diseños se han admirado en varias exposiciones artesanales y tiendas dedicadas a promover las tradiciones mexicanas, pero también han traspasado fronteras y son reconocidos en Europa y Asia.

En uno de los metales más representativos de México, la plata,  doña Eva ha dado vida a aretes con figuras asociadas con emblemas de libertad, unión y fertilidad.

Sobre todo rescatando piezas originales que usaron mujeres de familias españolas, criollas y nativas durante la Colonia y en la Revolución Mexicana.

También utiliza los bordados de la época prehispánica e incluso ha duplicado dos modelos que usó Frida Kahlo y cuyo descubrimiento causó furor entre los coleccionistas.

Esta maravilla artesanal es el resultado de arduas investigaciones de varios años en poblaciones del Estado de México, Puebla, Oaxaca, Morelos, Jalisco, Yucatán, Guanajuato y Tlaxcala.

Reconoce que logró rescatar joyas auténticas de los siglos XVIII y XIX que reprodujo en la técnica de cera perdida. Calcula que ha hecho réplicas más de 150 modelos distintos.

Recuerda que cuando llegó a Tlaxco hace 28 años, la gente se fue enterando que reproducía las piezas antiguas, entonces empezaron a traérmelas y el acervo se fue haciendo más grande.

“Durante mi investigación conocí artesanos de distintos estados, recabé datos, reparaba las piezas que me traía la gente y con el permiso de sus dueños me permití hacer una réplica”, relata.

Las piezas más antiguas que ha reproducido eran unos aretes que datan de los años en que gobernó Benito Juárez entre 1858 y 1871.

Luego empezó a elaborar piezas de bordados prehispánicos y esos son los que tienen más años, son muy apreciados por sus diseños exclusivos, originales e inimitables.

Eva Martínez nació en Saltillo, Coahuila, adoptó como su hogar el municipio de Tlaxco, desde 1985.

Recuerda que este municipio conserva sus orígenes, “la mamá de mi mamá era tlaxcalteca, ella era morena y mi abuelo era blanco de ojo verde como yo”, asegura.

Construyó una casa campirana de adobe, la cual alberga el Taller Escuela de Platería y la Escuela de Joyería e Investigación de Tlaxcala, donde realiza sus creaciones y comparte sus conocimientos.

El grupo más grande que ha tenido fue de 16 artesanos becados durante cinco meses de parte del Fideicomiso del Fomento Minero (Fifomi) en el año 2002.

“Estaba preocupada por transmitir lo que sé, he tratado de no pasar por la vida sin hacer nada por los demás, este trabajo da la oportunidad de crear, diseñar y hacer cosas lindas con la plata”, refiere satisfecha por compartir lo que sabe.

Doña Eva tiene varios gustos, entre ellos la pintura y la lectura. Comenta que antes de dedicarse a la platería pensó en ser pintora.

“En Saltillo, cuando era joven, fui ayudante de una pintora italiana, se llamaba Dora Sccacioni, pero después me dediqué más a la artesanía, yo pinto a la naturaleza, los paisajes y las flores”, recuerda.

Expresa que el trabajo manual no sólo le da un bienestar espiritual, sino que le permite trascender en sus piezas y enseñar a través de la orfebrería lo que ha aprendido de la cultura mexicana.

“Tus obras te llevarán a donde quieras irte”, manifiesta mientras acomoda pendientes, anillos y brazaletes de diseño, adornados de piedras preciosas como ópalos, malaquitas, turquesas y turmalinas.

La mayoría de su vestimenta también es artesanal, y aunque su cabello plateado y su piel revelan que el tiempo ha seguido su curso, en su mirada existe fortaleza.

Eva Martínez Sánchez recuerda que su pasión por rescatar y elaborar joyería se detonó en 1985.

Después del sismo en la ciudad de México buscó un lugar cerca para vivir y trabajar, en ese tiempo la artesana laboraba en la Dirección General de Culturas Populares.

Antes, estudió en la Escuela de Joyería de Arte y Diseño de la Secretaría de Educación Pública y en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Siempre me gustó hacer mis propias cosas, hacía collares y aretes y los vendía para mantener a mis hijos, no tenía maquinaria.

Cuando llegué a Tlaxcala quedé maravillada porque algunas de las máquinas abandonadas que rescató la Dirección General de Culturas Populares eran para trabajar la plata.

Reflexiona que la labor de rescatar las piezas antiguas debe continuar en el país, porque “México tiene la fortuna de tener cientos de diseños que están a punto de perderse.

Recrear esas piezas es una buena manera de preservar testimonios de otras épocas, de no desligarse del pasado.

Cabe destacar que en este 2013, será entregado el Premio Estatal “Mtra. Eva Martínez Sánchez” que será entregado a mujeres tlaxcaltecas, que se destacan por el rescate de sus artesanías y tradiciones.

 

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