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  • Pedro Morales
Más de 50 por ciento del parque nacional fue deforestado en 72 años

San Francisco Tetlanhocan, Tlax.- A pesar de ser una Área Natural Protegida (ANP) desde hace 72 años, el Parque Nacional de la Malinche ha perdido más de la mitad de su cubierta forestal, se ha transformado en zonas agrícolas, ganaderas y la tasa de deforestación en la región es mayor a la media nacional.

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM indica que en 1938 el parque tenía 45 mil hectáreas, que en su mayoría estaban cubiertas por bosques y diferentes tipos de vegetación.

Actualmente, 51 por ciento alrededor de 23 mil 612 hectáreas, han sido convertidas a la agricultura de temporal con relativo éxito, se han multiplicado los asentamientos humanos y áreas sin cobertura vegetal aparente.

Las autoridades de Puebla y Tlaxcala, que administran 30 y 70 por ciento del parque respectivamente, no cuentan con un plan de manejo coordinado o programas efectivos para revertir esta situación.

Los programas y subsidios son contradictorios y ocasionan un nivel incipiente de manejo y conservación. Greenpeace está preparando una propuesta para alcanzar una tasa cero de deforestación a más tardar en el año 2020.

La organización ambientalista presentó documentación aérea y terrestre, sobre la forma en que el parque ha sido deforestado debido al incremento de la frontera agropecuaria y la tala ilegal.

Todo esto, sin que autoridades de Puebla y Tlaxcala, que administran 30 y 70 por ciento del parque respectivamente, cuenten con un plan de manejo coordinado o programas efectivos para revertir esta situación.

Los programas y subsidios son contradictorios y ocasionan un nivel incipiente de manejo y conservación.

Tampoco existe información oficial reciente y disponible al público sobre la cobertura total de la superficie forestal en las 45 mil 711 hectáreas que comprende el parque.

Mucho menos sobre la calidad o el estado de los bosques, ni sobre los porcentajes de uso del suelo en la región.

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, indica que de las 45 mil hectáreas de La Malintzi, que en su mayoría estaban cubiertas por bosques y diferentes tipos de vegetación.

Lo anterior ocurrió cuando fue decretado el parque en 1938, actualmente  51 por ciento 23 mil 612 hectáreas y ya  ha sido convertido a agricultura, asentamientos humanos y áreas sin cobertura vegetal aparente.

La Malinche es un claro ejemplo de por qué perdemos casi medio millón de hectáreas de bosques y selvas cada año, no hay información oficial detallada sobre el estado en que se encuentran los diferentes tipos de vegetación forestal del parque.

Mucho menos sobre el tipo, cantidad e impacto de los programas y subsidios otorgados para su conservación, restauración y manejo.

“Esto ocurre en diferentes regiones de nuestro país y por ello, México sigue siendo una de las cinco naciones con mayor deforestación en el mundo”, explicó Paloma Neumann, integrante de la campaña de bosques de Greenpeace.

Es muy fácil culpar a los pobladores de la Malintzi del deterioro del parque.

Pero, sin plan de manejo, sin reglas claras y sin los programas de apoyo necesario, no es posible lograr la conservación y manejo adecuado de estos bosques que proveen servicios ambientales fundamentales.

No sólo para los habitantes de las poblaciones en las faldas de la Malintzi, sino también para los habitantes de las ciudades de Puebla y Tlaxcala, explicó Miguel Ángel Valera, doctor en ciencias agrícolas y suelos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Valera agregó que “el cambio de uso del suelo en la región de la Malintzi, ocurrido antes de 1986, ha ocasionado la degradación biológica del suelo y por tanto la pérdida de bióxido de carbono (CO2) que almacenaba.

La emisión equivalente de CO2 a la atmósfera en los suelos deforestados antes de 1986 fue de 23.76 toneladas por hectárea.

Si se considera que estos suelos abarcan 11 mil 390 hectáreas, las emisiones equivalentes se calculan en 270 mil 661 toneladas de CO2.

Además, esto ha provocado un cambio en los patrones de precipitación y un aumento en la temperatura promedio anual de 0.8 grados centígrados durante el periodo de 1995 a 2005, en comparación con el periodo de 1985 a 1995.

“Cuando nosotros llegamos aquí, hace 40 años o más, talamos el bosque para cultivar nuestro maíz y nuestros alimentos, y también para producir carbón cuando hace falta.

Pero nadie se nos acercó a decirnos que esto era un área protegida, ni de qué forma o con qué apoyos podríamos conservar y manejar bien a nuestra Malintzi”, dijo Nicolás Pérez, representante de una organización de pequeños propietarios con sede en San Miguel Canoa, Puebla.

“Ahora nosotros estamos muy preocupados porque el clima ha cambiado, hace más calor y cada vez hay menos agua, además cuando llueve el agua se lleva el suelo”, alertó.

Por eso hemos decidido reforestar en algunos de nuestros terrenos para recuperar el bosque.

Pero a muchos de por acá no les gusta y nos ha sido muy difícil hacerlo.

El único apoyo que hemos conseguido es que nos donen algunos árboles y todo lo hemos hecho con nuestros propios medios.

“Además lo hemos hecho con miedo, porque al ser un área protegida, cuando nos hemos acercado a pedir ayuda a las autoridades nos han dicho que no podemos plantar árboles, que no podemos quitar ni poner nada”, continuó Nicolás Pérez.

La falta de coherencia de las políticas públicas relacionadas con el uso sustentable del suelo y de nuestros recursos naturales, así como la falta de coordinación de las políticas forestal, agrícola, pecuaria y ambiental, han impulsado la conversión de los bosques en zonas de cultivo.

Además de pastoreo de ganado y urbanas,  y favorece la tala ilegal.

Junto con los bosques se pierde la diversidad biológica, se compromete el abasto de agua y se acelera el cambio climático.

A nivel mundial, alrededor de la quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación.

Las ANP no son suficientes para conservar nuestros bosques y de las 150 áreas naturales protegidas del país, 78 por ciento no cuentan con planes de manejo y sólo 33 de ellas cuentan con esta herramienta básica.

De acuerdo con un estudio realizado por investigadores mexicanos, en algunas ANP se registra una tasa de deforestación mayor que ciertas experiencias de conservación y manejo forestal comunitario.

Para conservar nuestros recursos forestales es necesario dejar de priorizar falsas soluciones como la reforestación y plantaciones forestales comerciales y en vez de ello, apoyar a la gente que vive en los bosques.

Sobre todo  dentro y fuera de las ANP, para que hagan un buen manejo de sus recursos forestales, los conserven y puedan vivir dignamente, agregó Neumann.

Mientras las acciones en contra de los talamontes se han realizado a cuenta gotas, solo para justificar gastos de representación por parte de funcionarios estatales y federales.

Por eso llama la atención que en lugar de que actúen las dependencias correspondientes, sean las policías estatales las que hagan el trabajo de algunos delegados federales:

Elementos de seguridad de la delegación Huamantla de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), aseguraron a tres personas, las cuales se encontraban talando árboles clandestinamente, esto en el Parque Nacional Malintzi.

Los hechos ocurrieron cuando los guardianes del orden, fueron informados por el servicio de emergencias 066, que mediante un reporte ciudadano se informaba, que se encontraban unas personas cortando árboles.

Motivo por el cual, los uniformados se trasladaron inmediatamente al lugar indicado.

Sobre el camino 41 descendente, aproximadamente a 500 metros de la perimetral en el paraje denominado Santanajo, perteneciente al municipio de San Francisco Tetlanohcan, encontraron a tres personas del sexo masculino, las cuales cargaban una camioneta con madera que aparentemente habían cortado momentos antes.   

Se trataba de una camioneta de tres toneladas y media, modelo 1975, con placas de circulación XA-16-760, del Estado de Tlaxcala.

En dicha unidad se encontraba aproximadamente un metro cubico de madera de ocote en trozo, así como una moto sierra marca Stilh 1119 791 1006 desarmada.

De igual forma se hallaron dos hachas, un machete y un zapapico, dispersos a unos metros de la camioneta.

Los uniformados les preguntaron si tenían alguna autorización para efectuar dicha actividad, a la cual respondieron que carecían de algún permiso.

Por los hechos antes mencionados, los policías estatales procedieron a asegurar a quienes dijeron llamarse: Faustino Cuapio Ayometzi, de 58 años de edad; y a los hermanos Gerardo e Higinio Cuapio Texis de 25 años y 36 años respectivamente.
Este caso llama la atención, porque es aislado, mientras un número indeterminado de talamontes poblanos incursionan diariamente para dañar el bosque de Tlaxcala, ya que como se puede notar en la fotografía satelital, ya del lado de Puebla se acabaron el bosque y ahora van con el de Tlaxcala, debido a la falta de vigilancia.

Pero por si no lo saben los funcionarios federales que apenas llegaron a Tlaxcala y que están atentos para enviar cartas aclaratorias, que por su seguridad tomen en cuenta la siguiente referencia.

En febrero del 2008, se enfrentaron a balazos y machetazos presuntos talamontes con policías estatales y municipales en el paraje conocido como el Perimetral del parque nacional La Malinche, lo que dejó como saldo una persona muerta, 11 lesionados –entre pobladores y uniformados– y seis personas detenidas.

La persona fallecida en el enfrentamiento fue Rodrigo Bello Rodríguez, de 34 años de edad y originario del municipio de Tetlanohcan.

En tanto que los detenidos son Guillermo Ramírez, Antonio Gregorio Mendoza, Alfonso Rodríguez Rodríguez, Alfredo Mendieta Texis, Luis Mendoza Tapia y Julián Cuapio Mendoza, este último se encuentra hospitalizado por diversos golpes.

De las 11 personas lesionadas en el enfrentamiento, seis eran talamontes y cinco de la policía estatal y de inmediato iniciaron las investigaciones correspondientes para deslindar responsabilidades por el fallecimiento de Rodrigo Bello.

Los hechos se dieron luego de que el vigilante de la caseta número 2 del parque nacional de La Malinche reportara al Servicio de Emergencias 066 la huída de un grupo de presuntos talamontes que bajaban recursos maderables de la montaña, quienes hicieron caso omiso a la orden de detenerse.

Al verse sorprendidos, los probables talamontes dejaron en el lugar la madera y bajaron a Tetlanohcan a pedir apoyo de los lugareños, lo que devino en enfrentamiento con elementos de la policía estatal, que ya habían acudido al llamado de apoyo por parte del vigilante de la caseta.

Tras los incidentes de la madrugada, los ánimos se volvieron a encender por la tarde cuando un grupo de pobladores liderados por los padres del occiso tomaron las instalaciones de la presidencia municipal para exigir la intervención del ex edil Pablo Ortiz Retama, con la finalidad de que “gestionara” recursos a favor de los deudos.

Después de una serie de intervenciones, los seguidores del alcalde se enfrentaron a golpes con los simpatizantes de los presuntos talamontes, sin que las cosas llegaran a más.
El ex munícipe exigió la aplicación de la justicia en contra de los responsables de estos hechos, “ya sean los policías o los habitantes del lugar, pero queremos que esto no quede sin una sanción”.

El ex coordinador de la bancada del PRD en el Congreso local, Antonio Mendoza Romero también intervino en este caso, a solicitud de los pobladores, para negociar la fianza de los detenidos y diversos apoyos para los deudos de Rodrigo Bello.

De acuerdo con versiones de los pobladores, el grupo de presuntos taladores es liderado por el ex diputado local y ex edil de ese lugar, Froylán Mendieta Cuapio, quien es primo del ex magistrado Rufino Mendieta.

En el caso de Rodrigo Bello, los pobladores lo identificaron como uno de los principales talamontes del lugar quien, aseguraron, acostumbraba estar armado. Incluso, aseguran que éste fue quien trató de atropellar a los policías municipales cuando trataron de detenerlos en su huída cuando fueron descubiertos.

Entre los policías lesionados se encuentra una mujer con fracturas de clavícula, de radio y cubito, así como como una herida en la cabeza de 17 centímetros.

Entre los pobladores heridos están los hermanos Cuapio Mendieta: Julián, quien sufrió un impacto de bala a la altura de la cadera; y Pablo, quien fue golpeado en la cabeza.

Como se observa, la tala ilegal cobra fuerza y llama la atención de organismos internacionales, por los efectos devastadores que causa la deforestación tanto a nivel local, regional, nacional y hasta mundial.

 

 

 

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