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El Obispo Francisco Moreno encabezó una ceremonia religiosa con motivo del primer aniversario luctuoso de la tragedia.

A un año de la explosión de pirotecnia que dejó 25 muertos en Tepactepec, comunidad de Nativitas, Tlaxcala, los sobrevivientes al accidente acusaron abandono por parte de las autoridades.

Ayer, el Obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, encabezó una ceremonia religiosa con motivo del primer aniversario luctuoso de quienes fallecieron a consecuencia de la explosión de miles de cohetones que hace un año trasladaban cientos de feligreses en procesión hacia el templo de Jesús de los Tres Caminos.

El salón anexo a la iglesia de Nativitas, se convirtió en el escenario de decenas de sobrevivientes que se presentaron con manos, piernas y rostro quemado, para acusar que han sido abandonados por las autoridades.

"Ya no hubo apoyo, ya no hay nada, nos dejaron olvidados ya no hay apoyo del gobierno", dijo entre llanto Federico Mellado, quien tiene los dedos de sus manos pegados a consecuencia de las quemaduras que sufrió por la pirotecnia.

Refirió que autoridades municipales y estatales auxiliaron con prioridad a quienes resultaron menos afectados por la explosión.

"Las autoridades nos olvidaron, yo perdí mis manos y era lo que me daba la vida me daba para todo y ahora ya no puedo trabajar, yo pediría que me echaran la mano porque a mí no me amputaron mis manos pero tampoco las puedo usar", expresó.

Alejandro Rodríguez, quien sufrió daños en sus piernas que le impiden caminar, también denunció la falta de auxilio por las autoridades.

"No nos dieron nada, al menos no a los que terminamos con peores daños", insistió.

El Gobierno local a través de un comunicado de prensa, informó que ha dado apoyo integral a las familias afectadas por la explosión ocurrida hace un año durante una fiesta religiosa.

Presumió que los afectados recibieron consultas médicas en hospitales nacionales y extranjeros, tratamientos físicos y psicológicos; y dotaron a quienes requirieron de una prótesis al sufrir la amputación de extremidades.

Durante la homilía, Moreno Barrón indicó que es urgente que a un año de la explosión de cohetones en un evento religioso, es urgente retomar las medidas de control y seguridad con el uso de explosivos en las festividades de los católicos.

 

"El firme propósito es que no haya ningún muerto más a causa de la quema de cohetes u otros explosivos", asentó.

Remarcó que la muerte de 25 tlaxcaltecas, no debe ser estéril, sino que tiene que producir "mucho fruto" como es la conciencia entre los feligreses de no incurrir en prácticas que ponen en riesgo su vida.

Aseveró que a la fecha, más de 150 católicos que resultaron heridos en la explosión, siguen en recuperación, lo que insistió, debe ser útil para corregir todo lo que atenta contra la vida humana.

Remarcó que la explosión no fue un castigo de Dios, sino un llamado de atención para evitar riesgos y prevenir desgracias.

"Nos urge reconocer que la vida humana es un don que debemos cuidar y cultivas en cada ser humano, por lo mismo evitemos todo lo que ponga en riesgo nuestra integridad física, debemos asumir desde la iglesia una actitud responsable con la experiencia del pasado", acotó.

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