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Tras la victoria, la vida de la familia Salinas Arroyo cambio totalmente, pero la de más de 600 personas siguen en la pendiente.

El domingo pasado el triunfo le llegó a Honorinda Arroyo Gómez, al recibir un millón de pesos como ganadora de Master Chef México 2017.

Con el gafete de la humildad, Honorinda sacó a relucir su talento culinario poniendo en alto a su natal Tlaxcala.

Arroyo Gómez vive en Santa Clara Ozumba, municipio de Atlangatepec, un pueblo con apenas 650 habitantes considerado de pobreza extrema.

El domicilio de Honorinda forma parte del ejido de San Agustín Tlaxco, donde vive de la producción de maíz, cebada, ganado de traspatio y a la pesca.

En la comunidad sólo hay una calle pavimentada y sus escuelas sólo llegan a secundaria. No hay preparatoria, mucho menos una universidad.

No tiene televisión abierta, internet y con limitación disponen de telefonía celular.

Al menos 30% de la población salen ocho meses contratados para trabajar en Canadá y Estado Unidos. 

El caso de Honorinda no era distinto antes de su participación en Master Chef. Su esposo, Salvador Salinas, emigró durante 17 años a Canadá para trabajar, así hizo su casa y que sus hijos estudiaran.

También siembran maíz de temporal y promueven la siembra de hortalizas con agua limpia.

Tras su victoria, la vida de la familia Salinas Arroyo cambio totalmente, pero la de más de 600 personas siguen en la pendiente.