Este caso deja en evidencia la irresponsabilidad de Azain Ávalos y su gobierno: promesas falsas, obras fantasma y un desprecio absoluto por el bienestar ciudadano.
De nada ha servido la adquisición de patrullas, el equipo a elementos policiacos cuando en los hechos y en las estadísticas el municipio enfrenta una verdadera crisis de inseguridad.
Cada nuevo escándalo confirma lo que muchos ciudadanos ya denuncian y es que Azaín Ávalos Marbán ha perdido el rumbo y hunde a Apetatitlán en la impunidad y el caos generando un ambiente hostil y preocupante para los ciudadanos.
El hecho ocurrió cuando varios sujetos interceptaron al muchacho y, al resistirse al robo, le dispararon en el rostro con lo que aparentemente era un arma de diábolos.
Una vez más la inteligencia de la sociedad de Apetatitlán le dio la razón a la política, los fracasados siempre vivirán de arrastrados y fingirán liderazgo, aunque su verdadero objetivo es lograr un huesos.
Mientras el discurso oficial habla de “reforzar la seguridad”, los hechos demuestran que el municipio se ha vuelto un blanco fácil para los ladrones, y la confianza ciudadana en la autoridad local sigue en caída libre.