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  • Pedro Morales
El saneamiento del río, pretexto de sexenios para aplicar recursos donde no se ven

Durante los primeros tres años de esta administración,  la historia se repitió, luego de que el perredista Alfonso Sánchez Anaya y Héctor Ortiz anunciaron multimillonarias inversiones para limpiar el río Zahuapan, todo sigue igual.

Los resultados saltan a la vista, Mariano González heredó un río del color azul que en el peor de los casos significa ahora mutaciones de productos químicos se afectan al ser humano, principalmente a los niños.

Ortiz no se tentó el corazón para gastarse cerca de mil millones de pesos, supuestamente aplicados en infraestructura, lo cierto es que reinauguró plantas de tratamiento de las cuales en su mayoría han dejado de funcionar.

Aquí hace tres años se dijo que no se construiría una planta de tratamiento más, hasta poner en funcionamiento las más de en plantas existentes, pero la realidad es otra.

Siguen las multimillonarias inversiones para construir más plantas de tratamiento, se ha logrado el objetivo de poner en funcionamiento y rescatar la infraestructura existente y el problema de la contaminación del agua en Tlaxcala, lejos de resolverse es cada día más grave.

Ante esta catástrofe hídrica a nivel nacional, desde la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, que aglutina movimientos que resisten la devastación ambiental en el país.

 El Centro Fray Julián Garcés forma parte indicaron Alejandra Méndez Serrano y Alejandra Ramírez Varela, de la  Coordinadora por un Atoyac con Vida y Octavio Rosas Landa, Integrante del Consejo de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales.

Se han recopilado durante dos años en distintos casos sobre la persistencia de la contaminación de acuíferos, escases e indisponibilidad del agua.
 
Una de las catástrofes que se presenta es la contaminación de la cuenca del rio Atoyac- Zahuapan,  junto con los casos de contaminación del Salto Jalisco, proyectos mineros, proyectos carreteros, urbanización salvaje, construcción de basureros o de granjas industriales.

Estos problemas han generando por un lado la destrucción de los cuerpos de agua superficiales y por otro, están generando la sobreexplotación de mantos acuíferos subterráneos y gravísimas afectaciones a la salud debido a la contaminación del agua o su escases.

En la población de la comunidad de Villa Alta, municipio de Tepetitla de Lardizábal en el estado de Tlaxcala, presentaron una denuncia pública por el aumento de daños a la salud.

Principalmente por casos de leucemia linfoblástica, anemia hemolítica y púrpura trombocitopénica sin obtener respuesta por parte de las autoridades.

La contaminación del río Zahuapan-Atoyac se presenta por sustancias que exceden los parámetros que se encuentran contemplados en las normas oficiales mexicanas,  Demanda Bioquímica de Oxígeno, Sólidos sedimentables totales, sólidos suspendidos, grasas y aceites, coliformes fecales.
 
Estos parámetros se encuentran principalmente relacionados con las descargas de aguas residuales domésticas, con excepción de la demanda bioquímica de oxígeno que en su valor máximo se encontró en un 540% mayor en el Corredor Industrial Quetzalcóatl.

En su conjunto los valores encontrados en estos parámetros hacen imposible la presencia de vida en ambos ríos, Atoyac y Xochiac.

Sin embargo, en 1974 fueron descubiertas estas sustancias, y estudios toxicológicos previos han determinado que pueden tener efectos nocivos potenciales en la salud humana.

El cloroformo y otros trihalometanos muestran que son cancerígenos en animales de laboratorio y que el clorodibromometano tiene efectos adversos en el sistema reproductivo y en el desarrollo identificaron que los trihalometanos afectaban en roedores de laboratorio el hígado, los riñones y los intestinos.

En la región se conoce la presencia de daños genotóxicos, que fueron analizados por Regina Montero Montoya del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en los resultados de las muestras de sangre mostraron que el 71% de las personas que fueron analizadas  presentaban alteraciones por arriba de los parámetros normales .

Particularmente, se comprobó la presencia de componentes que no se encuentran normalmente en la sangre en 20% de de los casos , como los normoblastos, cuya manifestación en el cuerpo es atribuible a la exposición a sustancias tóxicas.

Los normoblastos en la sangre revelan la pérdida de glóbulos rojos, ya sea por hemorragias intensas o repetidas, lo cual puede ser causado por la exposición a sustancias como el benceno y agroquímicos que podrían provocar este efecto.
 
Otro hallazgo de este estudio fue la presencia de micro núcleos  en promedio cinco veces más altos que en grupos control, analizados de la ciudad de México, esto sin importar las condiciones laborales y de edad.

Estudios epidemiológicos, observan que un aumento de ellos hace necesaria la adopción de medidas preventivas en el trabajo o la comunidad, ya que un aumento en su frecuencia es predicativo de mayor riesgo de contraer cáncer.

La última de las alteraciones encontradas en los análisis de sangre fue un daño complejo que incluye la ruptura de cromosomas, con la presencia de re-arreglos celulares.
 
Esta alteración se ha observado en células que han sido tratadas con peróxido de hidrógeno. Sin embargo, este estudio es el primer reporte de Regina Montero en vivo, con muestras de sangre periférica en individuos aparentemente sanos.
 
A la par de este estudio se realizó un registro de 46 casos de personas en la región con enfermedades de leucemia, anemia y púrpura trombocitópenica.

En colaboración con la “Coordinadora Por un Atoyac con Vida” y el “Centro Atoyac Zahuapan y Calidad de Vida S. C”. presentamos una denuncia ante el tribunal latinoamericano del agua por la posible presencia de daños a la salud, presumiblemente ocasionados por la contaminación del río Atoyac.

En la denuncia se hacía referencia a un problema a través de cuatro manifestaciones diferentes:

Presencia de parámetros que exceden la normatividad oficial mexicana NOM-001-ECOL-1996 en los ríos Atoyac y Xochiac, estableciendo que la presencia de estas, tiene un origen tanto en las aguas residuales industriales como municipales, la descarga del corredor industrial Quetzalcóatl rebasa en 5 veces los límites máximos establecidos por la norma en DBO.

Presencia de parámetros que no se encuentran contemplados por la norma NOM-001-ECOL-1996 en descargas de aguas residuales industriales, municipales y en los ríos Atoyac y Xochiac, principalmente Compuestos Orgánicos Volátiles, pero que si se encuentran considerados en la NOM-052 de residuos peligrosos y que requieren de un tratamiento especial.

Presencia de subproductos de la cloración del agua en tomas domiciliarias.
 
Daños genótoxicos principalmente en las comunidades cercanas al Corredor Industrial Quetzalcóatl y las márgenes del río Atoyac, con un nivel de daño similar sin importar ocupación laboral o edad.

Posterior al dictamen emitido por el Tribunal Latinoamericano del Agua, en marzo de 2006 los gobiernos de los estados de Puebla y Tlaxcala desestimaron los resultados obtenidos y plantearon la realización de sus propios estudios y propuesta de saneamiento.

En el estado de Tlaxcala, el Congreso modificó el Artículo 325, del Código Penal quién determina sanciones penales a quién genere daños a la salud por la contaminación ambiental, pero determina la carga de prueba a las personas afectadas además de no generar mecanismos de reparación de daños.

El Ejecutivo Estatal firmó un Convenio de colaboración, el 8 de septiembre de 2006 mediante el cual la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del IPN realizó estudios técnicos, análisis de laboratorio y de reingeniería a 28 plantas de tratamiento de agua residual. A la fecha aún no entregan los resultados.

En el estado de Puebla, el 6 de Septiembre de 2006 se firmó el “Convenio de Cooperación entre el Gobierno del Estado de Puebla y la Agencia para el Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos”, por un monto de 797 mil dólares, destinados a la elaboración del “Estudio de Factibilidad del Proyecto de Valsequillo”.

Sin embargo, y de manera paralela, ambos gobiernos anunciaron el Proyecto de Rescate de los ríos Zahuapan, Atoyac, Alseseca y la Presa de Valsequillo, en donde determinan sólo el tratamiento de aguas de las comunidades e incluyen la construcción de 874 kilómetros de redes de agua potable, 1, 436 kilómetros de redes de alcantarillado, 407 kilómetros de colectores, 144 plantas de tratamiento nuevas y la rehabilitación de 31 plantas ya existentes.

Este proyecto consideró que los trabajos iniciarían en el año 2008 y concluirían hasta el 2012, y tendría destinada una inversión por 3 mil 540 millones de pesos, los cuales serían etiquetados en el Presupuesto de Egresos Federal y con recursos del Fondo de Inversión en Infraestructura.

Este megaproyecto establece que las 10 mil 481 hectáreas serían pagadas a 16 pesos el metro cuadrado –lo que implicaría una inversión de mil 676 millones–, pero por su venta se obtendrían ganancias hasta por 15 mil 700 millones.

La realización de políticas ambientales de saneamiento ambiental deben de tener, como referentes esenciales, tres derechos que se complementan entre sí: el derecho a la salud, a vivir en un ambiente sano y al agua.
 
Ello implica que los programas de saneamiento no deberán estar basados exclusivamente en condiciones volumétricas y/o tecnológicas, sino que deben considerarse otros elementos de igual importancia como son la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente.

Garantizar el acceso de estos derechos en las zonas rurales así como generar mecanismos de protección ante terceros, en este caso industrias y menoscaben el derecho a la salud y a los demás derechos implicados.

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