• Apizaco
  • Pedro Morales
Aún no da señales de vida o de activarse, menos de ser abierta al público.

En veinte días cumple un año de inaugurada la plaza comercial “La Estación”, y aún no da señales de vida o de activarse, menos de ser abierta al público.

Hace ya casi dos años, el 24 de octubre, se anunciaba la presencia en Tlaxcala de la secretaria de Turismo federal, Claudia Ruiz Massieu, quien junto con el gobernador Mariano González realizaron el tradicional corte de listón que ponía en operaciones la nueva plaza comercial.

Pero pasan los meses y causa extrañeza que la citada plaza comercial “La Estación”, no da señales de vida o de activares, el interior luce desolado, tal y como el día de su inauguración.

No llegan las tiendas departamentales y solo el personal de vigilancia comenta que será hasta en pocos días cuando lleguen y se instalen las tiendas.

Lo que funciona es el hotel número 90 de la cadena “City Express”, que se ubica en lo que fue la estación del ferrocarril de la ciudad rielera.

Durante la inauguración Federico Muñoz Couto, director general de la antigua estación, reconocia que Apizaco es la ciudad más progresista del estado de Tlaxcala.

De ahí la idea de transformar los talleres del ferrocarril en un centro comercial y un hotel, que ayudarían a fortalecer la pujante economía de los apizaquenses.

Dijo que  “con este proyecto devolvemos a los apizaquenses un espacio que ha sido suyo desde 1867 y que gracias a las autoridades estatales y municipales que encabeza el alcalde Jorge Luis Vázquez Rodríguez, ha sido posible su realización, gracias señor presidente por estar al pendiente de este proyecto”.

LA INFRAESTRUCTURA

La zona comercial La Antigua Estación cuenta con 42 locales comerciales, salón de eventos para 250 personas, área gourmet, cajones de estacionamiento, espacios de mantenimiento, bodegas y andenes de primer nivel.

Además de que el área administrativa de la plaza, conocida como La Casa Rosa también fue recuperada con toda la infraestructura e instalaciones de punta.

Dentro de los trabajos de rehabilitación se utilizó el material técnicamente adecuado para recuperar dos cabuses,   dos vagones y un vagón tanque que servirá para el combate contra incendios de la propia plaza.

En tanto que el hotel City Express generó 180 empleos durante su construcción y dará empleo directo a 22 personas, cuenta con 104 habitaciones y tiene vasta experiencia para viajeros de negocios, debido a que sus check in y check out son express.

LAS JUSTIFICACIONES

El gobernador Mariano González, recordó su origen apizaquense al asegurar que “Apizaco siempre ha sido un atractivo comercial “le aposté al trabajo vinculando con los gobiernos federal y municipal, por lo que se me seguiré  ocupando  de Apizaco y del estado”.

Lo extraño es que no llegan ni un par de zapatos y causa aún más extrañeza que estas cadenas departamentales dejen pasar la temporda alta de fin de año y no se nota ningún avance, por el momento.

Inmerso en problemas económicos, jaloneos entre autoridades y enfrentamientos con ferrocarrileros jubilados, el centro comercial “La Estación”, en veinte días cumple un año sin cumplir sus objetivos.

El alcalde de Apizaco, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, reconoció que en torno a la Plaza Comercial “La Estación”, el proyecto continúa, va en alcances de las metas  “me queda claro que hoy la economía del país y más que nada del sector de la construcción ha sido muy maltratado”.

Decía que esta nueva área comercial, es algo que debemos de presumir, el Instituto Nacional de Antropología e Historia está muy vinculado, a este proyecto, porque “recuerden que todo lo que son los talleres se les obligo no a hacer la rehabilitación, sino a la restauración de las calderas”.

Además de la restauración de las plumas, la restauración de todo lo que eran las bases de acero, para cuidar estratégicamente bien la naturaleza y el origen de este inmueble, en consecuencia, si ustedes me lo permiten vamos a generar una cita.

LA OPINIÓN DE LOS FERROCARRILEROS… NOS DESPOJARON

Armando Bautista Rosas, presidente de la Unión de Jubilados y Pensionados Ferrocarrileros Apizaquences sostiene que “los ferrocarrileros jubilados y pensionados, siguen en ayunas de información sobre quién compró, quién vendió y sobre todo en dónde quedó el dinero de la supuesta venta de lo que es parte de nuestro patrimonio”.

Recordó que los ferrocarrileros han sido víctimas de la venta del patrimonio nacional por el ex presidente Vicenta Fox, que incluyó a Ferrocarriles Nacionales de México, ahora terrenos e instalaciones son vendidos a particulares, sin que a los ferrocarrileros jubilados y pensionados se les tome en cuenta.

“No se nos ha informado sobre licitación alguna, quién vendió, quién compro y mucho menos sobre el monto de ganancia que se obtuvo por la venta de maquinaria, materiales y el inmueble”.

Mientras de nueva cuenta el fragor de las máquinas se deja escuchar en las naves de lo que fueron los mejores talleres de ferrocarril del país, los ex trabajadores se sienten extraños en su propia tierra.

Los vigilantes de una empresa particular no dejan pasar a nadie, dicen que ya es propiedad privada, pero es la hora que nadie sabe cuánto dinero se pagó por el edificio, los terrenos y sobre todo quien se está beneficiando de este despojo.

Trabajadores pensionados y jubilados, de los que sobreviven alrededor de 700 de los más de dos mil 500 que diariamente laboraban en este lugar, se han encontrado con las puertas cerradas.

Dicen que el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de México, en Apizaco,  Pedro Stevenson se hace de la vista gorda de las negociaciones que realiza su líder nacional, Víctor Flores Morales.

Bautista Rosas, también se identificó como presidente colegiado de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados Ferrocarrileros y miembro del Observatorio Ciudadano Apizaquense, organismos que están al pendiente de lo que está ocurriendo en los talleres, se hace acompañar de compañeros jubilados.

Los talleres fueron saqueados, luego del cierre de la fuente de trabajo se convirtieron los talleres en cementerio de fieros oxidados, se robaron la maquinaria pesada, alguna de ella fue cortada con soplete y la vendieron por kilo.

“Desapareció toda la madera y el material existente, porque eso no entró en la licitación, todo esto con la complacencia del sindicato que no movió, ni ha movido un dedo para defender el patrimonio de los ferrocarrileros de Apizaco”, denuncia.

Son millones y millones de pesos los que no han llegado a los jubilados y pensionados, ahora se dice que los dueños son empresarios particulares, pero no se sabe cuánto pagaron, a quién y cuánto.

Advirtió que estos espacios debieron donarse, cuando se finiquitó a la empresa Ferrocarriles Nacionales de México, los edificios como los talleres debieron donarse al Estado, para contar con salas de exhibición.

Salas de convenciones, salas de artesanías y sobre todo para fomentar esa cultura que ya se ha despertado entre los apizaquences, y sobre todo para rescatar la cultura ferrocarrilera que ya se ha perdido.

 “Ahora resulta que de la noche a la mañana se construyó un complejo comercial,  un hotel, almacenes y ahora se dice que quienes se han llevado las máquinas, son quienes usufructúan  y hasta lotificaron los talleres, para sacar beneficio”, concluyó.