Meneses Hernández destacó que esta medida fortalecerá la seguridad sin que recaiga en los maestros o directivos la responsabilidad de supervisar las cámaras.
Trujillo junto con otros directivos, estaría utilizando tácticas de amenazas para presionar a los empleados a que renuncien a sus horas laborales o plazas.
La medida, lejos de ser una estrategia organizativa, ha sido percibida como una forma de exclusión laboral que deja fuera a cientos de maestros con años de servicio.