Lejos de condenar los hechos, el alcalde justificó la violencia policial, salió en defensa de sus golpeadores y todavía se atrevió a descalificar a la prensa, acusándola de “amarillista” por difundir la realidad que su gobierno intenta ocultar.
Un grupo de jóvenes practicaban arrancones clandestinos lo que derivó en un choque que sólo provocó daños materiales en el municipio de La Magdalena Tlaltelulco.