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  • Gerardo Santillán
Pero el fenómeno no es nocivo para la sociedad, a pesar de que soliciten dinero para sobrevivir.

La flexibilización de las leyes migratorias mexicanas que permite el libre tránsito de los migrantes centroamericanos por territorio nacional, ha incrementado la presencia de esos ciudadanos en cruceros para pedir dinero y financiar su camino hacia Estados Unidos o comer; sin embargo, este fenómeno no es considerado nocivo para Tlaxcala.

Así lo manifestó el titular de la Dirección de Atención a Migrantes (DAM), Roberto Sánchez Hernández, quien calculó que el promedio semanal de tránsito de indocumentados fluctúa entre 300 y mil personas, los cuales se concentran sobre todo en Apizaco y Chiautempan para pedir monedas en cruceros carreteros, vías del ferrocarril y en las calles.

La más reciente reforma a la Ley de Migración federal tuvo lugar en mayo de 2011 y otorga mayores garantías de respeto a sus derechos humanos, por lo que otras áreas donde se concentran para descansar y solicitar apoyo económico son Tenancingo, Zacatelco, Papalotla, Amaxac, Santa Cruz, Xaloztoc, Tzompantepec, Tocatlán, Huamantla y Calpulalpan, dijo.

El funcionario estatal descartó que este fenómeno sea un riesgo para los tlaxcaltecas, ya que los migrantes centroamericanos no están más de 72 horas en un lugar y además no se tienen indicios de que sean reclutados por bandas delictivas locales, o que ellos incurran en delitos.

No obstante, reconoció que sí hay casos de centroamericanos sin papeles que escapan de su Estado natal para escapar de la mano de la justicia por haber cometido alguna infracción pero, en el peor de los casos, es en las entidades del norte del país donde sí se convierten en objetivos potenciales de la delincuencia organizada.

Sánchez Hernández subrayó que la única organización no gubernamental reconocida que brinda ayuda a los migrantes es “Un mundo, una nación” que se encuentra en Apizaco, la cual les da alojamiento, ropa y alimentación pero bajo ciertas normas, pues recibe apoyo institucional, de la Diócesis y de otras asociaciones civiles.

Por último, el director de la DAM hizo hincapié en que también hay migrantes “piratas”, es decir, connacionales que imitan la entonación de un centroamericano para conseguir dinero fácil, aprovechándose de un verdadero migrante que al llegar a Tlaxcala llevan al menos un mes de viaje por tren u otros medios desde su país de origen.

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