Pidió a los pobladores a no tomar a la ligera las recomendaciones decretadas por autoridades estatales y federales respecto, a la propagación del COVID 19.
Lejos de condenar los hechos, el alcalde justificó la violencia policial, salió en defensa de sus golpeadores y todavía se atrevió a descalificar a la prensa, acusándola de “amarillista” por difundir la realidad que su gobierno intenta ocultar.