El edil no le interesa la atención a la salud de la ciudadanía, ni que cuente con los servicios básicos necesarios, demostrando así que la ciudadanía debe acatarse al presupuesto que hay
Explicaron que anteriormente se encontraban instalados en La Ribereña, junto al río Zahuapan, pero desde enero las autoridades municipales los trasladaron a la orilla de la carretera, donde las ventas se han visto gravemente afectadas.
Mientras el discurso oficial habla de “reforzar la seguridad”, los hechos demuestran que el municipio se ha vuelto un blanco fácil para los ladrones, y la confianza ciudadana en la autoridad local sigue en caída libre.
Esta omisión, señalaron, ha provocado graves afectaciones sanitarias, malos olores y focos de infección que ponen en riesgo la salud pública de toda la comunidad.
Lejos de asumir su responsabilidad, el alcalde emitió un comunicado nuevamente plagado de torpezas y yerros al mencionar que celebra que haya habido lesionados.